La perdida del primer diente de leche

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¿Cuándo se caen los dientes de leche? Por lo general, los niños han completado la primera dentición con sus 20 dientes de leche a la edad de 3 años, y es a partir de los 5 años, cuando estos  dientes empiezan a ser sustituidos por los definitivos.

Normalmente los primeros dientes en salir, son también los primeros en caerse, empezando por los dos inferiores centrales y continuando por los dos superiores centrales.

La mayoría de los niños habrán cambiado la totalidad de los dientes de leche al cumplir los 12 años

 

¡A celebrarlo!

El ratoncito Pérez con una mochila de dientes

En España, es tradición dejar el diente de leche caído debajo de la almohada o en una cajita de dientes para que se lo lleve el Ratoncito Pérez y deje en su lugar una moneda o un regalito. Esto puede hacerse con todos los dientes o solo con el primero.

Hemos de tener en cuenta que, tras el primer diente, que suele caer alrededor de los 5 años vienen muchos otros, y probablemente, si quisiéramos seguir con la historia del Ratoncito hasta el final, nos veríamos hasta los doce o trece años del niño llevándole moneditas o regalitos bajo la almohada.

 

Cuidados diarios

Deberás ayudarle a consolidar los hábitos de higiene y cuidado bucal que le estás inculcando desde que cumplió los 2 años: tienes que acostumbrarle a lavarse muy bien los dientes después de cada comida (sobre todo después de la cena), con un cepillo de cerdas suaves y un dentífrico infantil, procurar que no abuse de las chucherías ni de los alimentos dulces, evitar que muerda cosas duras (el lápiz mientras pinta, por ejemplo) y, por supuesto, que no recurra a chuparse el dedo como forma de consuelo.

Caja para guardar dientes de leche
Caja para guardar dientes de leche

Es importante, advertir al niño que no debe tocarse la mella con el dedo, con el fin de evitar ninguna infección. Ten en cuenta que los dientes permanentes se sitúan en el hueso, por detrás de los de leche, y después la musculatura de la lengua ayuda a colocarlos en su lugar definitivo, por lo que no es conveniente que las malas costumbres del pequeño interfieran en el proceso.